Aunque por norma general pensamos en estos elementos por su practicidad, pues es indudable que las más de las veces buscamos ubicaciones en las que podamos vernos reflejados antes de salir de casa o mientras estamos haciendo una tare para la que necesitemos nuestro reflejo, como lavarnos los dientes o peinarnos, lo cierto es que de un tiempo a esta parte los espejos han empezado a cobrar una mayor relevancia dentro de la decoración, y es que son cada vez más las personas que deciden incorporar estos objetos en diferentes espacios del hogar para darle un toque más elegante. Tal es el caso, por supuesto, de los espejos decorativos clásicos, y en nuestro catálogo de espejos clásicos podréis disfrutar de múltiples modelos para localizar el que más se adecúe al estilo que perseguís.
En cualquier caso, en este artículo vamos a facilitaros algunas ideas para decorar con espejos según el espacio en el que quieras incorporarlos: en el recibidor, en el salón, en el dormitorio o en el baño, pues son los espacios más habituales en los que estos elementos se convierten en un imprescindible. ¡Sigue leyendo!
Espejos en el recibidor
Podríamos decir que, después del baño, por necesidades evidentes, el recibidor es el espacio del hogar en el que más a menudo consideramos oportuno incorporar un espejo. Esto se debe a que se encuentra justo a la salida del hogar y siempre viene bien echarnos un último vistazo antes de salir de casa para asegurarnos de que no nos dejamos nada y de que vamos bien arreglados. No obstante, los espejos no deben concebirse únicamente como un objeto útil, sino que existen actualmente infinidad de diseños, tanto clásicos como modernos, orientados sobre todo a decorar.
En la imagen que te mostramos puedes observar que un espejo de un buen tamaño que vaya a juego con el resto de muebles del recibidor, especialmente con el aparador, puede crear un espacio recogido y elegante a la par que útil, haciendo que la entrada en tu hogar sea mucho más satisfactoria y te sientas como en casa antes incluso de adentrarte en ella.
Espejos en el salón
El salón es, como cabe esperar, otra de las estancias predilectas para situar un espejo, pues es de las zonas de la casa donde más propenso somos a incorporar elementos decorativos. Esto se debe, tal vez, a que es la zona de uso común en la que recibimos a invitados y que más personas verán, por eso tratamos de dar con una decoración armoniosa, elegante y sofisticada, y una de las formas de conseguirlo es mediante la incorporación de espejos. Si además eres un aficionado a la decoración clásica, los espejos son un elemento imprescindible dentro de esta línea de diseño, por lo que merece la pena valorar la posibilidad de introducirlos en el salón o comedor.
Como vemos en la imagen, realmente la intención de los espejos en el salón puede no ser tan práctica como en el recibidor o en el baño, pero sí tienen un efecto óptimo muy interesante, en tanto que pueden contribuir a que la estancia parezca más grande. Se trata de un elemento decorativo muy interesante que puede situarse a múltiples alturas, como es el caso del ejemplo que incluimos, en el que se ha situado uno sobre la chimenea y otro apoyado en la pared creando un pequeño rincón más apartado e íntimo.
Espejos en el dormitorio
Es inevitable que al pensar en espejos pensemos también en aquellos que nos acompañan en el dormitorio. En la habitación suelen cobrar protagonismo los espejos de cuerpo entero, en tanto que su uso práctico es el de revisar la ropa que llevamos puesta, si nos queda bien, probarnos diferentes outfits, etc. Siendo así, hoy por hoy existen muchos diseños adaptados a todo tipo de decoraciones para contar con un espejo que se adapte a nuestras necesidades. Por supuesto, nuestros favoritos son los clásicos, acompañados de un marco con molduras y detalles que puedes colgar en la pared o apoyar en el suelo, consiguiendo así un efecto más moderno.
El marco del espejo puede ser de diferentes patrones o colores: mostramos un ejemplo con un marco dorado y en madera, fácilmente combinable con paredes y elementos de colores claros, pero otras muy buenas alternativas son aquellos que cuentan con un marco metálico o en tonalidades blancas. En definitiva: siempre una buena opción. Además, situarlos cerca del armario será también una buena idea para conseguir que el trayecto entre la selección de ropa y ver cómo nos queda para decantarnos sea más cómodo, y la habitación tendrá una distribución más coherente.
Espejos en el baño
Finalmente, llegamos a la opción más básica en lo que respecta a incorporar espejos. Es evidente que todo baño precisa de uno, y precisamente por eso son muchos los que se deciden por diseños muy básicos sin plantearse con seriedad el potencial decorativo de estos, aunque su función sea pragmática. Es muy habitual ver que en el baño descuidemos la decoración y optemos por incorporar pequeños elementos a modo de distracción, pero un buen espejo clásico, con un marco cuyo material no se oxide ni deteriore por la humedad, puede conseguir que nuestro aseo cobre una mayor sofisticación y resulte más agradable.
No hay que descuidar la decoración de ninguna estancia de la casa, ya que todas ellas conforman nuestro hogar y debemos asegurarnos de vivir en un espacio que nos sea agradable en todo momento. Es por esto por lo que, más allá de la utilidad que podamos verle a determinadas cosas, debemos también buscar la belleza que pueden aportarnos, de ahí que los espejos constituyan un elemento decorativo perfecto, en tanto que además de facilitarnos una utilidad clara también consigue que la decoración de nuestro hogar esté mucho más completa.
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